SMA
Bora Bora (Agencia Fides) – “Se encuentran en Bora Bora. Una quincena de adolescentes y sus animadores están durmiendo en los locales del complejo Beato Juan Pablo I, unas instalaciones destinadas a la catequesis y a las actividades parroquiales (véase Agencia Fides 10/9/2022). Al amanecer embarcarán en el gran ferry que pasa por el Raromatai y en cada escala va recogiendo a jóvenes... llegarán unos cien a Tahití, donde les esperan los autobuses que les llevarán a la parroquia de Aroue, en Papeete, invitados para el encuentro de ordenación sacerdotal del joven diácono Tareva Taiti”. Así escribe a la Agencia Fides el misionero padre Sandro Lafranconi, que se reunirá con los chicos el viernes 27 de octubre (véase Agencia Fides 25/10/2023).
“Al final de la celebración, el sábado 28 de octubre -relata el padre Lafranconi- volveré a Huahine, una de las cuatro islas donde se encuentra la parroquia de la Sagrada Familia. Allí dormiré por primera vez en la nueva casa. La edificamos porque sólo había un alojamiento muy precario y era necesario que yo y el arzobispo Jean Pierre Cottanceau, SS.CC., cuando venga, o el diácono y su esposa tuviéramos una habitación decente. También he puesto ya la conexión de fibra óptica porque me gustaría desarrollar una parroquia ‘virtual’ con videoconferencia entre las cuatro islas”.
“Permaneceré en Huahine hasta el 1 de noviembre, fecha en la que celebraré la solemnidad de Todos los Santos, antes de volar de regreso a Bora Bora, donde también celebraré la noche del 1 de noviembre. Entretanto, mientras yo me encargo de las dos islas de Huahine y Bora Bora, el diácono Pierre Van Bastolaer (tahitiano) se ocupará de las otras dos, Raiatea y Tahaa, de modo que podamos servir todos los oficios religiosos de Todos los Santos de las cuatro islas de Sotavento. Pierre se encargará también de preparar a los jóvenes que recibirán la Confirmación en Cristo Rey”.
“También estoy preparando los rituales de bendición de las tumbas para el 1 de noviembre, día dedicado a la memoria de los difuntos”, concluye el misionero de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA). “En Raromatai no hay cementerios. Aquí, los seres queridos son enterrados en el patio de la propia casa. Luego, una vez al año, los catequistas vienen a bendecir a los vivos y a los difuntos en el más allá”.
(SL/AP) (Agencia Fides 26/10/2023)