ASIA/JORDANIA - Oraciones y acogida de peregrinos a orillas del Jordán: la vida de los misioneros en la nueva iglesia del Bautismo de Jesús

martes, 14 enero 2025

Patriarcato Latino di Gerusalemme

Un momento de la ceremonia de dedicación del altar de la nueva iglesia del Bautismo de Jesús

Wadi Kharar (Agencia Fides) - Oraciones, celebraciones litúrgicas y momentos de reflexión se entrelazan con la acogida a los numerosos peregrinos que buscan en Tierra Santa un oasis de paz y espiritualidad. Una vez apagados los focos de la gran ceremonia de consagración de la nueva iglesia construida en el lugar que la tradición señala como el sitio donde Jesús recibió el Bautismo de manos de Juan el Bautista, a orillas del río Jordán los “misioneros contemplativos” del Instituto del Verbo Encarnado se disponen a vivir una nueva vida. Hasta hace poco, no existían instalaciones de este tipo aquí. Las obras no comenzaron hasta 2009.

La solemne celebración de la dedicación del altar, que ha tenido lugar de manos del Secretario de Estado de Su Santidad, el Cardenal Pietro Parolin, el 10 de enero, a la que han asistido unas 7.000 personas, se ha vivido como “un momento de gracia especial. Seguimos dando gracias al Señor por la magnífica ceremonia que hemos vivido”, dice a la Agencia Fides el Padre Sergio Pérez, sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado, familia religiosa encargada de la custodia de este lugar.

“Para nosotros es un gran honor y una gran responsabilidad”, añade el padre Pérez, que pasa a relatar la larga historia, de unos 15 años, desde la colocación de la primera piedra hasta la dedicación: “Este proyecto nos fue confiado en 2008, cuando el Patriarca latino de Jerusalén era Fouad Twal. Aquí no había nada. Al año siguiente, en 2009, Benedicto XVI vino a bendecir la colocación de la primera piedra del Santuario durante su viaje a Tierra Santa. A finales de 2024, 15 años después, las obras estaban terminadas. Aún faltaban el altar de piedra, el ambón, la hermosa imagen del Bautismo de Jesús que adorna el ábside. Los últimos retoques se han completado la víspera de la gran fiesta”.

Y ahora que la sala litúrgica está por fin en funcionamiento, además del cuidado del lugar santo, “el Patriarcado latino de Jerusalén y la Iglesia de Jordania han encomendado también a nuestra familia religiosa el cuidado pastoral de los peregrinos”, subraya el padre Pérez, señalando que actualmente hay dos comunidades contemplativas: cinco sacerdotes (un sexto llegará en los próximos meses) que viven como monjes, y seis religiosas de la misma familia, lo que suma un total de 12 consagrados.

“Practicamos la vida monástica, cantamos la liturgia de las horas, celebramos la misa junto con las hermanas. Y después, silencio, trabajo, estudio, lectio divina y recreo vespertino”, son las palabras del misionero. El lugar, que también cuenta con una hospedería, está preparado “para acoger a los peregrinos”. Peregrinos que, recuerda el padre Pérez, “siempre ha habido. Antes de la guerra, mucha gente venía a estas costas. Ahora Jordania está llena de refugiados de Siria y Palestina, pero peregrinos, aunque menos, no faltan”.

El flujo de peregrinos, de hecho, comenzó cuando el arqueólogo Michele Piccirillo, fraile franciscano fallecido en 2008, encontró en este lugar los restos de unos estanques, identificando el lugar como “Betania al otro lado del Jordán”, mencionada en el Evangelio de San Juan. Según los estudios de Piccirillo, aquí se alzaban antiguas iglesias construidas por las incipientes comunidades cristianas, lo que la identificaba como el lugar del bautismo de Jesús.

Fortalecidos por el apoyo que “el rey Abdalá II presta a la Iglesia y a sus obras” (el soberano ha donado desde hace tiempo parcelas de terreno a todas las confesiones cristianas que coexisten en Jordania, permitiendo a cada una de ellas construir un lugar de culto a orillas del río, ed), se han construido estructuras que pueden acoger “a quienes acuden al monasterio para retiros espirituales, pero también a grupos que vienen con guías a visitar distintos Lugares Santos”.

Al fin y al cabo, ésta ha sido siempre una encrucijada de pueblos y naciones, un verdadero “punto de paso”, como explicó el Padre Pérez: “En estas costas se experimentó el paso de Josué con el Arca de la Alianza, tal como se describe en la Biblia, el paso del Antiguo al Nuevo Testamento, el paso de la vida oculta a la vida pública de Jesús, y con el Bautismo también el paso de la muerte a la vida eterna”. Y si levantamos la vista, nos daremos cuenta de que estamos rodeados de lugares en los que lo humano y lo divino se han tocado. Muy cerca, en efecto, está la colina donde, según la tradición, el profeta Elías fue llevado al cielo en un carro de fuego. A unas decenas de kilómetros se encuentra la colina fortificada de Macheronte, donde Juan el Bautista fue martirizado por decapitación, el monte Nebo, donde Moisés también pasó de esta vida a la del Cielo.

El padre Pérez expresa su deseo de que este lugar renovado “se convierta cada vez más en un lugar de encuentro, entre los hombres y entre los hombres y Dios, y de paso. Aquí, todo nos recuerda que cada uno de nosotros está de paso y que nuestro destino final es la vida eterna”.
(F.B.) (Agencia Fides 14/1/2024)

Patriarcato Latino di Gerusalemme

El exterior del nuevo santuario

Patriarcato Latino di Gerusalemme

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Patriarcato Latino di Gerusalemme

El cardenal Parolin consagra el nuevo altar de la iglesia del Bautismo de Jesús en Jordania

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