Abuja (Agencia Fides) –A las graves olas de violencia que azotan a la población nigeriana -entre secuestros, enfrentamientos, actos terroristas y asesinatos brutales- se suman la pobreza, la inseguridad alimentaria, la insuficiente asistencia sanitaria y el aumento desproporcionado del coste de la vida.
“Estamos sufriendo mucho. No tenemos casi nada que comer y, desde hace más de cuatro años, los bandidos nos han expulsado de nuestras comunidades, impidiéndonos dedicarnos a la agricultura. Necesitamos urgentemente la ayuda del gobierno”, expresan los residentes de un campo de refugiados del estado de Zamfara, en el noroeste del país, a través de una nota.
En esa zona, los grupos armados están expulsando a los agricultores de sus tierras, cerrando mercados y extorsionando a las comunidades. Más de 2,2 millones de personas se han visto obligadas a huir, y muchas viven actualmente hacinadas en campos sin recursos. La prensa local informa que, incluso en el noreste, los continuos conflictos están afectando gravemente a la agricultura y la producción de alimentos. Las familias que regresan a sus tierras temen cultivarlas en áreas alejadas de las ciudades militarizadas, enfrentándose al riesgo de inanición. La escasez de alimentos es tan crítica que algunas familias se ven forzadas a consumir cáscaras de mandioca para sobrevivir.
En 2020, el gobierno nigeriano lanzó el Plan Nacional de Acción Multisectorial para la Alimentación y la Nutrición, una iniciativa 2021-2025 destinada a mejorar la seguridad alimentaria y combatir la desnutrición mediante inversiones en el sector agrícola. Sin embargo, hasta la fecha, los fondos asignados no han sido suficientes. La agricultura representa el 24% del Producto Interior Bruto (PIB) de Nigeria y emplea a más del 30% de la mano de obra del país, pero la financiación destinada a este sector se encuentra muy por debajo del objetivo del 10% que la Unión Africana fijó en la Declaración de Maputo de 2003, la cual pedía destinar al menos ese porcentaje de los presupuestos nacionales al desarrollo agrícola y rural en un plazo de cinco años (véase Agencia Fides 21/09/2006).
Nigeria, el país más poblado de África, con unos 225 millones de habitantes, registra una de las tasas de retraso en el crecimiento infantil más altas del mundo, afectando al 32% de los niños menores de cinco años. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la malnutrición impacta a dos millones de niños, principalmente en el norte del país, y causa la muerte de alrededor de 2.400 menores de cinco años cada día.
(AP) (3/2/2025 Agencia Fides)