ASIA/EMIRATOS ÁRABES UNIDOS - Jubileo en el Vicariato de Arabia del Sur. Martinelli: nuestra “Iglesia de emigrantes” es fuente de esperanza en Cristo

viernes, 7 febrero 2025

photo Paolo Andrea Valente

Abu Dhabi – La Iglesia en Arabia se define como una “Iglesia hecha de emigrantes”, donde muchos viven con la sensación constante de que siempre "falta algo": la patria, los seres queridos lejanos. No obstante, esta realidad puede transformarse en “una oportunidad” para abrirse los unos a los otros, pues de esa condición surge la fuente y el dinamismo de la esperanza cristiana, “una esperanza inquebrantable que se arraiga en el amor eterno e irrevocable de Cristo”.

Así se expresa el obispo franciscano capuchino Paolo Martinelli, Vicario Apostólico de Arabia Meridional, en su carta pastoral dirigida a las comunidades católicas del Vicariato, que abarca Omán, Yemen y los Emiratos Árabes Unidos, con ocasión del Jubileo Ordinario de la Iglesia Católica.

Vinculándose a los elementos distintivos de este tiempo jubilar –la peregrinación y la esperanza– el obispo Martinelli destaca las similitudes que comparten los emigrantes con los peregrinos: “Hoy estamos llamados a ser peregrinos de esperanza”, explica, ya que “un peregrino atraviesa las dificultades de la vida sabiendo que Dios nunca le abandona. Ser peregrinos nos recuerda que somos migrantes, y al igual que un peregrino, un emigrante siempre está en camino.”

“Vivimos en esta parte del mundo, lejos de nuestros hogares y de nuestros países de origen. Somos una Iglesia de emigrantes, procedentes de más de cien naciones diferentes. Nuestra vida aquí depende de circunstancias que no están bajo nuestro control, pero justamente en esas situaciones se nos llama a vivir con mayor pasión nuestro papel de peregrinos de la esperanza”, señala el Obispo que cita el número 13 de la bula Spes non confundit, en la que el Pontífice pide “signos de esperanza también para los emigrantes, que abandonan su patria en busca de una vida mejor para ellos y sus familias. Sus expectativas no deben verse frustradas por prejuicios ni por el rechazo”.

Ser emigrante, prosigue Martinelli, “implica hacer frente a limitaciones”, como la ausencia de la familia. “Aunque recibamos mucha ayuda aquí, no podemos recuperar todo lo que teníamos en nuestros países de origen”, lo que nos recuerda “la naturaleza transitoria de la vida”.

“Os invito a vivir vuestra realidad de emigrantes en esta tierra de Arabia como parte de vuestra peregrinación hacia el Reino de los Cielos, sostenidos siempre por la esperanza cristiana. Estamos hechos para la felicidad eterna; no nos dejemos engañar por los bienes temporales”, exhorta el Vicario Apostólico.

Asimismo, Martinelli subraya que las migraciones masivas están transformando el rostro de las sociedades y de la Iglesia. “Ser conscientes de este cambio de época y vivir como emigrantes y peregrinos de la esperanza nos permite experimentar intensamente nuestra pertenencia a una Iglesia compuesta por personas de muchos países, promoviendo al mismo tiempo la paz y la solidaridad en la vida social. Unidos en la diversidad, podemos ser un signo profético del Reino de Dios”, afirma.

Por otro lado recuerda además, que este año se celebra el 1700 aniversario del Concilio de Nicea, en el que se definió el Credo que recitamos cada domingo. “Aún hoy, es reconocido por todas las Iglesias y confesiones cristianas. Recordarlo nos impulsa a trabajar por la unidad entre todos los cristianos”.

“Os invito a vivir con vigor este Año Santo de la Esperanza. Os animo a participar en los eventos de nuestro Vicariato, especialmente en el Jubileo de las Iglesias (véase Fides 10/1/2025) y en los eventos internacionales previstos en Roma”, concluye el Vicario Apostólico de Arabia del Sur.
(F.B.) (Agencia Fides 7/2/2025)


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