ÁFRICA/SUDÁFRICA - El drama de los mineros ilegales atrapados en Stilfontein pone de manifiesto la explotación inhumana

martes, 21 enero 2025 explotación   migrantes   criminalidad   obispos   justicia  

Johannesburgo (Agencia Fides) - Al menos 78 mineros ilegales han perdido la vida en la mina de oro de Stilfontein, en Sudáfrica, después de que la policía cerrara el acceso a la mina en agosto de 2024, obligándoles a salir y entregarse a las autoridades.

Desde esa fecha, cerca de 2.000 mineros ilegales han salido del yacimiento, luego de que las autoridades sudafricanas decidieran bloquear el acceso para frenar el creciente comercio de minería ilegal, que, según el ministro de Minas, ha costado a la economía del país más de 3.000 millones de dólares solo en 2024.

Quienes han salido de esta mina, han descrito una situación aterradora. El yacimiento consiste en un pozo vertical de unos 2,6 km de profundidad. Cuando la policía cerró el acceso, los mineros quedaron sin los suministros de comida y agua que sus cómplices enviaban desde arriba. Decenas de personas murieron de inanición, mientras el hedor de sus cadáveres se mezclaba con el de los vivos, quienes llevaban meses sin poder asearse.

Entre los que se entregaron a las autoridades se encontraba el supuesto líder de la banda de mineros ilegales, un ciudadano de Lesoto conocido como "Tigre". Sin embargo, este fue encontrado desaparecido de su celda en la comisaría donde había sido detenido, lo que ha levantado sospechas de complicidad entre los agentes de policía.

La fuga de "Tigre" ha avivado las sospechas sobre la existencia de una red criminal que, desde hace años, saquea algunas de las 6.000 minas abandonadas del país, ricas en oro, en busca de yacimientos remanentes. Estas minas, que las grandes empresas han dejado de explotar debido a la falta de rentabilidad industrial, siguen siendo objetivo de organizaciones criminales que emplean mano de obra precaria.

Monseñor Sithembele Anton Sipuka, obispo de Mthatha, se ha pronunciado sobre el drama de Stilfontein a principios de enero, destacando que "la saga de la minería ilegal en Stilfontein es un problema demasiado complejo". En un comunicado, explica: "Se trata de un sistema económico que permite a las grandes empresas mineras maximizar sus beneficios a costa de la destrucción del medio ambiente, sin mejorar las condiciones de vida de las comunidades locales, mientras reprimen a los pobres que intentan ganarse la vida".

El obispo también subraya otros aspectos del problema, como "la cuestión de la legalidad respecto a las personas que entran ilegalmente en el país, ya que muchos de los mineros ilegales son extranjeros. También están los sindicatos criminales que explotan a los pobres en busca de grandes beneficios. Y, por último, el problema de los mineros atrapados que se niegan a salir o que se ven obligados a permanecer bajo tierra".

Según el obispo Sipuka, mientras los medios de comunicación se concentran en las acciones del gobierno, "pocas veces se menciona la responsabilidad de las empresas mineras, que han dejado estas minas sin rehabilitar y accesibles para cualquiera. La ley debería exigirles rendir cuentas". Además, sugirie que debería considerarse la posibilidad de reutilizar estas antiguas minas para generar nuevos empleos.

"En lugar de centrarse únicamente en la actual crisis de los mineros atrapados, que son solo los eslabones más débiles de esta cadena, la policía debería investigar a la organización criminal detrás de todo esto y llevarla ante la justicia", concluye el obispo.
(L.M.) (Agencia Fides 21/1/2025)


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