ASIA/COREA DEL SUR - Fallece el obispo René Dupont. 71 años en misión “Con alegría y sin vergüenza”

viernes, 11 abril 2025

Foto di Junho Chu

El obispo René Dupont

Por Pascale Rizk

Andong (Agencia Fides) – Ha fallecido a los 96 años de edad René-Marie Albert Dupont, obispo emérito de Andong y misionero de la Sociedad para las Misiones Extranjeras de París durante 71 años en Corea del Sur. Su paso a la otra vida a ocurrido a las 19:47 horas del 10 de abril en un hospital de Andong, situado a unos 190 kilómetros al sureste de Seúl, en la provincia de Gyeongsang del Norte, donde estaba hospitalizado tras una operación urgente por un ictus ocurrido pocos días antes.


Nacido en Saint-Jean-le-Blanc en el departamento de Loiret, en la región del Centro-Valle de Loira el 2 de septiembre de 1929, Dupont era el segundo de 5 hijos y el sacerdocio había sido uno de sus deseos desde muy niño. Crecido en una familia de agricultores, el bienestar y los derechos de los agricultores siempre fueron temas muy importantes para él y hacia las cuales realizó numerosas iniciativas durante las décadas de servicio pastoral en la diócesis de Andong.

Después de estudias en Francia, ingresó en el seminario de las Misiones Extranjeras de París y en 1950 llegó a Roma para continuar sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana. Ordenado sacerdote el 29 de junio de 1953, terminó sus estudios en Roma antes de ser enviado en Corea como misionero el 27 de octubre de 1954, aproximadamente un año después del final de la Guerra de Corea. Al llegar a Corea, como era costumbre, adopto un nombre coreano 두봉 (杜峰, Du Bong).

Su servicio pastoral comenzó en la diócesis de Daejon donde permaneció desde 1955 a 1967. Paralelamente a su cargo como vicario de la parroquia de la catedral de Daejeon, Monseñor Dupont ocupó el cargo de canciller de la diócesis por varios años. Posteriormente se convirtió en Superior regional de las MEP en Corea, cargo que mantuvo por un año.

Cuando el 29 de mayo de 1969 el Papa Pablo VI instituyó la diócesis de Andong – en el norte de la provincia de Gyeongbuk – dividiendo la archidiócesis de Daegu, nombró a René Dupont, que en aquel momento tenía 39 años, como su primer obispo. Dirigió esta diócesis durante 20 años. Su renuncia fue aceptada al cuarto intento, en 1990, momento en que se retiró a Haengju, una parroquia de la diócesis de Neunggok, en la periferia de Seúl.

En 2004 regresó a vivir en la diócesis de Andong dedicando su tiempo a la predicación en retiros espirituales y dando conferencias tanto en parroquias como con varias organizaciones no confesionales, retomando también su amor por la jardinería.

Entre los diferentes premios recibidos durante su vida cabe recordar: Caballero de la Legión de Honor de Francia en 1982, el premio Manhae (Gran Premio del Budismo) en 2012 en Corea: Diploma de Honor del Presidente de la República de Corea y Premio Baegnam por su compromiso en el ámbito de los derechos humanos en 2019.
Sus escritos principales son: 바 “La compasión del ser humano” (Munyeomsa, 1989) y 삶 “La vida más maravillosa” (Baoro's Daughter, 2011).

Desde su llegada a Corea en 1954 después del fin de la guerra, Monseñor Dupont ha sido una gran inspiración por su auténtica y alentadora presencia en Corea. Ha atravesado los momentos más difíciles y oscuros del país, caracterizados por una pobreza económica, una serie de altibajos políticos y sociales y también por grandes cambios. Ha trabajado por la justicia social con gran dedición y compromiso pastoral, compartiendo los sufrimientos del pueblo.

En 2019 a pesar de la política del país en contra de la doble nacionalidad, se le concedió la ciudadanía coreana, como signo de la gran estima que él país nutría hacia su figura.

El 14 de abril, a las 11 horas, la catedral de Mokseong-dong en la diócesis de Andong acogerá para dar un último saludo, al último obispo coreano de origen francés que sirvió desde 1969 a 1990 en la región, afectada recientemente por unos incendios devastadores.

Aunque en el momento de su consagración, Mons. Dupont no había elegido un lema ni un escudo porque no era obligatorio, será siempre recordado como un hombre sencillo y humilde, que sirvió con gran amor a su tierra de misión, Corea del Sur “Con alegría y sin vergüenza”; palabras que resumen el espíritu con el que acompañó, custodió e hizo crecer su diócesis.

(Agencia Fides 11/4/2025)

Foto di Aran Kim

Foto di Aran Kim


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