Foto di Sagar Rana su Unsplash
Bangkok (Agencia Fides) – El gobierno de Tailandia ha anunciado su intención de evaluar la viabilidad de construir un muro a lo largo de la frontera con Camboya para impedir los cruces ilegales. Según el ejecutivo de Bangkok, la barrera sería una herramienta útil para combatir las redes de trata de personas que alimentan los llamados “centros de estafa” en la región, es decir, los centros de llamadas fraudulentas que operan tanto en territorio tailandés -especialmente en la frontera con Myanmar- como en Camboya, justo al otro lado de la frontera.
El gobierno tailandés busca intensificar la lucha contra las organizaciones delictivas que se dedican a la explotación de personas en estos “centros de estafa”, obligándolas a la esclavitud con fraudes financieros a gran escala. Estas mismas redes también están involucradas en el tráfico de drogas y el contrabando de mercancías. Según Naciones Unidas, en los últimos años, cientos de miles de personas, atraídas por falsas ofertas de empleo, han caído en manos de estas bandas criminales y han sido sometidas a trabajos forzados en auténticas “scam city” (ciudades de la estafa).
“El problema existe y es grave. La trata de personas es una lacra que debe abordarse con todos los instrumentos disponibles, incluida la colaboración con la sociedad civil”, señala en una entrevista a la Agencia Fides el jesuita Enrique Figaredo Alvargonzález, misionero español en Camboya desde hace 40 años y Prefecto Apostólico de Battambang, provincia fronteriza con Tailandia. Sin embargo, el prelado considera poco realista la construcción de una muralla: “La frontera es muy permeable, y miles de trabajadores camboyanos, especialmente jóvenes, han emigrado de la provincia de Battambang a Tailandia”.
“Hoy vemos muchos pueblos tristemente vacíos en nuestra provincia porque los jóvenes emigran a Tailandia para realizar trabajos serviles que los tailandeses no quieren hacer”, afirma el Prefecto Apostólico. “Pero un muro no es la solución adecuada. Estas cuestiones deben abordarse mediante el diálogo y la cooperación entre gobiernos en todos los niveles, así como con el apoyo de ONG y asociaciones”, subraya. Figaredo recuerda que “Cáritas en Camboya trabaja activamente para ayudar a las víctimas de la trata y sensibilizar a la población, en estrecha colaboración con las autoridades civiles”.
En los últimos días, la policía tailandesa ha rescatado a 119 ciudadanos de su país repatriados desde Camboya, tras una redada en la ciudad fronteriza de Poipet que permitió liberar al menos a 215 personas retenidas en condiciones de esclavitud en un edificio controlado por una red criminal dedicada a fraudes en línea.
Tailandia y Camboya comparten una frontera de 817 kilómetros. En otoño de 2024, ambos países inauguraron un nuevo paso fronterizo en la provincia de Sa Kaeo, denominado “Puente de la Amistad Tailandia-Camboya”, cerca de Poipet. También han ampliado el horario de paso y comunicación en la frontera de Chong Sa-ngam (en la provincia de Si Sa Ket) para promover el comercio y el turismo entre ambas naciones, facilitando el transporte transfronterizo de mercancías y aumentando el intercambio de personas.
(PA) (Agencia Fides 4/3/2025)
ÁFRICA - Para detener la trata de seres humanos es necesario sensibilizar a las víctimas potenciales