Caritas Colombia
Tibú (Agencia Fides) – La ola de violencia que sacude la región del Catatumbo, impulsada principalmente por la disputa por el control del narcotráfico, ha llevado al presidente Gustavo Petro a declarar el estado de emergencia y a ordenar el despliegue del ejército.
Según la información recibida por la Agencia Fides por la Coordinadora Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres de Cáritas Colombia, esta crisis -la más grave desde 2002- ha dejado un saldo devastador entre la población civil. Entre las víctimas se cuentan menores de edad, mujeres gestantes, personas con discapacidad y comunidades indígenas.
En apenas diez días, los enfrentamientos entre guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y combatientes del ‘Frente 33’, una facción disidente de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), han provocado más de un centenar de muertos y el desplazamiento de miles de personas, muchas de las cuales han quedado aisladas en medio de los combates. Estas cifras siguen en aumento a medida que la población continúa huyendo hacia zonas más seguras.
Para atender la emergencia, se ha establecido un corredor de ayuda humanitaria que proporciona alimentos, agua y artículos de primera necesidad. Miles de desplazados han encontrado refugio en parroquias y seminarios de la Iglesia Católica en Tibú, Ocaña, Gabarra y Tabo, mientras que otros han sido acogidos en viviendas particulares o en áreas cercanas a la zona de conflicto. Gracias a la colaboración entre las diócesis de Cúcuta, Ocaña y Tibú, junto con la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), los Bancos de Alimentos de Colombia (ÁBACO) y donaciones privadas, se han distribuido 23.622 kilos de alimentos y productos básicos. El objetivo es alcanzar los 50.000 kilos en los próximos días.
Según el Ministerio de Defensa, más de 47.000 personas han sido desplazadas hacia centros urbanos, distribuyéndose principalmente en Tibú (10.482 desplazados), Ocaña (10.719), Cúcuta (16.663) y otros municipios (11.699). Además, se estima que más de 23.000 personas permanecen confinadas en la región sin poder salir.
Uno de los factores que han intensificado la crisis es la fractura dentro del ELN. El Frente de Comuneros del Sur, una facción disidente de este grupo armado, aceptó el proceso de paz iniciado en 2016, cuando el gobierno colombiano y las FARC firmaron el acuerdo de paz. Esta decisión ha generado tensiones con el resto del ELN, que ha iniciado una persecución contra excombatientes y líderes firmantes del acuerdo. “Estamos evacuando a los líderes y firmantes del Catatumbo, que están siendo perseguidos por el ELN. Un primer contingente de 400 hombres ya habría llegado a la zona”, ha declarado el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
(AP) (Agencia Fides 30/1/2025)