ASIA/PAKISTÁN - La ley sobre la blasfemia, utilizada para chantajes y extorsiones

jueves, 30 enero 2025 blasfemia   derechos humanos  

Islamabad (Agencia Fides) - Un grupo criminal ha convertido la ley sobre la blasfemia en una herramienta de chantaje y extorsión, implicando ya a 450 víctimas inocentes. La organización orquesta falsas acusaciones para incriminar a personas y luego exigir pagos a cambio de su libertad, según denuncian abogados cristianos y musulmanes en Pakistán.
Desde hace meses, se ha detectado un patrón repetitivo en los casos: jóvenes, independientemente de su religión, son engañados en redes sociales, acusados de blasfemia en Internet y posteriormente detenidos. En Pakistán, estas acusaciones pueden acarrear cadena perpetua o incluso la pena de muerte.

El abogado y parlamentario católico Khalil Tahir Sandhu ha informado a la Agencia Fides que las familias de los acusados han celebrado una conferencia pública para denunciar esta red criminal y exigir una intervención de las autoridades. Esta estafa ha devastado a numerosas familias, que piden al gobierno y a las instituciones judiciales que hagan justicia a quienes han sido injustamente encarcelados.
El caso ha sido confirmado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (NCHR), que tras una investigación independiente ha revelado que la mayoría de las víctimas pertenecen a familias de clase media o baja. Según el informe, más de 450 personas han sido acusadas falsamente. Actualmente, hay más de 150 detenidos en la prisión de Adiala, 170 en Lahore y Kot Lakhpat, y 55 en la prisión central de Karachi.

Los abogados han advertido sobre el impacto de este fenómeno en el sistema judicial. “Si no se frena esta práctica, el poder judicial quedará manchado para siempre”, afirma el abogado Sardar Mushtaq Gill, fundador de la ONG LEAD (Legal Evangelical Association Development). “Es urgente formar una comisión de investigación imparcial para desmantelar esta conspiración”, añade.
El modus operandi de la estafa es la siguiente: los jóvenes son atraídos por chicas a través de Facebook y otras plataformas de redes sociales. Luego se les invita a pasar a grupos de WhatsApp para mantener conversaciones personales. Empiezan a chatear y las chicas les ofrecen regalos y se ganan su confianza. Más tarde, la chica envía un mensaje con una imagen o un escrito blasfemo. La víctima, desprevenida, pide explicaciones. En ese momento, la chica -fingiendo no saber de qué se está hablando- pide que se reenvíe el mensaje. Una vez que esto ocurre, el solicitante bloquea inmediatamente a la víctima y la atrapa acusándola de compartir contenidos blasfemos en línea.

El asunto tiene agravantes, como la muerte de algunos jóvenes acusados mientras estaban detenidos, a causa de las torturas: tres chicos murieron en la prisión de Adiala, una chica perdió la vida en la prisión de Kot Lakhpat, a causa de las torturas sufridas en un intento de arrancarle una confesión. Esto, según los abogados, indica una connivencia de aparatos desviados de la Agencia Federal de Investigación (FIA), la agencia federal que, por el contrario, debería arrojar luz sobre la práctica criminal. Además, hay abogados complacientes que, en los tribunales, defienden a los demandantes y presionan a los jueces.

En Pakistán, los círculos extremistas islámicos han creado grupos de vigilancia como la “Comisión Legal sobre la Blasfemia en Pakistán” (LCBP), una red de 13 organizaciones que “toman medidas decisivas contra la blasfemia en Internet”. Según los observadores, la red está asociada al partido político islámico radical Tehreek-e-Labbaik Pakistan. Abogados y miembros de ONG piden que se investigue en esos círculos para descubrir la trama criminal. “El abuso de las leyes religiosas se ha convertido en una herramienta de coacción que pone en peligro la seguridad y los derechos de todos”, concluye el abogado Sardar Mushtaq Gill.
(PA) (Agencia Fides 30/1/2025)


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