ASIA/PAKISTÁN - Desde hace 25 años la misión salesiana ayuda a los jóvenes: con una mirada especial hacia Akash Bashir

sábado, 15 febrero 2025 educación   jóvenes   causa de beatificación  

Salesians Pakistan ANS

Lahore (Agencia Fides) - En los campos del Punjab paquistaní, muchas familias campesinas viven exclusivamente de lo que producen. Dependen de la agricultura como única fuente de ingresos y, con frecuencia, tienen numerosos hijos. Estas familias, tanto cristianas como musulmanas, comparten el desafío de la pobreza y la imposibilidad de costear la educación de sus hijos, especialmente de las niñas, quienes sufren una discriminación cultural que a menudo les impide completar sus estudios o acceder a formación profesional.

Esta realidad fue la que encontraron los misioneros salesianos cuando, hace 25 años, llegaron a la región central de Pakistán y decidieron fundar una misión. Así nació lo que hoy es una institución de gran prestigio y muy demandada por jóvenes de la zona. El padre Noble Lal, de 48 años, primer sacerdote salesiano ordenado en Pakistán y actual director de la Escuela Técnica Profesional Don Bosco, cuenta cómo esta obra ha transformado la vida de miles de jóvenes. Inaugurado en Lahore en el año 2000, el instituto ha formado a más de 8.000 estudiantes en sus 25 años de actividad, en un país donde el analfabetismo sigue siendo un problema grave, especialmente en las áreas rurales.

En el instituto de Lahore, junto al padre Noble Lal, trabaja el hermano Piero Ramello, salesiano coadjutor italiano y misionero piamontés. La comunidad salesiana ha desarrollado a lo largo de los años un complejo educativo plenamente operativo bajo la Sociedad Educativa Don Bosco (Don Bosco Educational Society), que ofrece tanto enseñanza escolar, a través de la Nueva Escuela Secundaria Superior Don Bosco (New Don Bosco Higher Secondary School), como formación técnica mediante el Centro Técnico Don Bosco (Don Bosco Technical Centre). En sus instalaciones, diseñadas según el sistema educativo de Don Bosco, no faltan espacios clave como el teatro y el patio de recreo.

“Aquí se llevan a cabo diversos programas de formación profesional adaptados a las necesidades de la comunidad, todos ellos con el objetivo de combatir el desempleo juvenil”, explica el padre Lal. Además, el proyecto educativo salesiano en Pakistán busca llegar a comunidades marginadas en áreas remotas. Las tasas escolares que cobra la institución son bajas, ya que la mayoría de las familias de los alumnos viven en condiciones de extrema pobreza y necesitan apoyo o becas para que sus hijos puedan completar su educación. La oferta formativa incluye especialidades como metalurgia, electricidad, carpintería y automoción.

“Desde la apertura del centro en el año 2000, hemos formado a miles de jóvenes de entre 15 y 22 años en distintas competencias técnicas. Esto ha permitido que muchos de ellos, tras haber abandonado los estudios, pudieran reincorporarse al mundo laboral”, destaca el padre Lal. Pakistán es un país con una media de edad muy baja, “lo que significa que una gran parte de la población está compuesta por niños y jóvenes”.

Una de las principales preocupaciones del instituto es el abandono escolar de las niñas. “Nos esforzamos por reducir la deserción escolar femenina”, subraya el sacerdote. En muchos casos, las niñas dejan los estudios para encargarse de las tareas domésticas o debido a la arraigada costumbre de los matrimonios precoces y concertados por sus familias, una práctica extendida en el subcontinente indio. Este fenómeno afecta tanto a comunidades rurales como a barrios periféricos de Lahore, donde muchas familias consideran que casar pronto a sus hijas es una solución a la pobreza.

Conscientes de este problema cultural y social, los salesianos en Pakistán han puesto en marcha programas de concienciación y formación sobre los derechos de la mujer. “Animamos constantemente a las niñas a continuar sus estudios y mantenemos un diálogo con sus familias para evitar que abandonen la escuela”, explica el director. Además, se ofrecen cursos específicos de formación profesional, como sastrería, “para que las jóvenes puedan aprender un oficio y contribuir a su propia independencia”.

Junto a la estructura de Lahore, los salesianos también están presentes en Quetta, capital de la provincia de Baluchistán. Allí, la congregación introdujo el primer modelo de coeducación para niños y niñas en una escuela católica, una iniciativa que desde entonces ha sido replicada en otros centros educativos del país, continúa explicando el religioso.

Hoy en día, la labor educativa y de formación profesional de los salesianos en Pakistán es ampliamente reconocida y apreciada, tanto por la población como por las autoridades civiles, que valoran su compromiso social y su apertura a jóvenes de todos los credos y culturas, ya sean musulmanes, cristianos u otras minorías.

Otro ámbito en el que los Salesianos están contribuyendo activamente a la comunidad católica de Pakistán es la cooperación institucional en el proceso de beatificación del Siervo de Dios Akash Bashir, para quien la diócesis de Lahore ha abierto la fase diocesana de la causa. Akah fue alumno de la Escuela Salesiana de Lahore y había respirado el carisma de Don Bosco. Con ocasión de la celebración de los 25 años de presencia salesiana en Pakistán, celebrada en días pasados en Lahore, se ha publicado también un libro sobre Akash Bashir, presentado como modelo y testimonio de fe auténtica a los jóvenes de Pakistán.
(PA) (Agencia Fides 15/2/2025)


Compartir: