OSA Sisters Indonesia
Ketapang (Agencia Fides) – Su monasterio es un pulmón de oración y espiritualidad inmerso en el pulmón verde de la selva tropical. Las religiosas de San Agustín, de la provincia de Kalimantan Occidental, viven la oración como el “aliento del alma”, el oxígeno que da vida tanto a nivel personal como comunitario. Estar presentes durante 75 años en el corazón de una remota provincia del Borneo indonesio representa para ellas la expresión concreta de lo que el oxígeno hace por un organismo: genera vida.
Las Hermanas Agustinas de la Divina Misericordia (OSA) iniciaron su misión en Borneo en 1949, con la llegada de una pequeña delegación de cinco hermanas procedentes de los Países Bajos. Desde entonces, han combinado una vida de contemplación y actividad, integrando la oración con la prestación de servicios sanitarios y educativos, y estableciendo un internado para niñas de la población local, mayoritariamente indígenas dayak. De estas niñas han surgido nuevas vocaciones a lo largo de los años, y hoy son muchas las religiosas locales que continúan la misión de la congregación, mientras las religiosas holandesas, ya ancianas, han regresado a Europa.
Su presencia ha sido y sigue siendo invaluable para toda la comunidad diocesana de Ketapang, como ha recordado el obispo Pius Riana Prapdi durante una celebración eucarística conmemorativa de los 75 años de presencia misionera y en honor al “Año Jubilar” especial. “Las hermanas OSA comenzaron su misión en una zona desconocida y remota, que todavía hoy se caracteriza por un terreno impenetrable, en el que se viaja por ríos llenos de rápidos y caminos embarrados”, ha relatado el obispo. Sin embargo, su dedicación y determinación para hacer el bien en nombre del Evangelio han prevalecido: han establecido servicios sanitarios y escuelas en numerosas zonas rurales y montañosas, “dejando una huella única en la misión pastoral de la diócesis de Ketapang”.
Entre las 21 religiosas holandesas que han llevado a cabo la misión durante estos 75 años, sor Dionne Appelman, de 84 años, ha regresado a Kalimantan para participar en la Eucaristía jubilar. Para ella, ha sido “una inmersión en un pasado marcado por la Providencia y la gracia de Dios”: “Estoy muy contenta de ver que las semillas de las vocaciones religiosas y las obras apostólicas han crecido, generando buenos frutos”. “Durante 75 años, hemos servido en Indonesia, particularmente en la diócesis de Ketapang. Ha sido una larga historia, marcada por alegrías y penas, grandes sacrificios y luchas constantes. Pero siempre ha sido una historia de salvación, que continúa hoy gracias a las hermanas indígenas indonesias”, ha afirmado.
“La obra de Dios llevada a cabo por las hermanas misioneras holandesas ha dado frutos en abundancia”, ha declarado emocionada la hermana Ignatia, religiosa indonesia y Superiora General de la Congregación OSA en el país.
Hoy, las hermanas OSA continúan su labor en Indonesia, en regiones como Kalimantan Occidental (diócesis de Ketapang, Pontianak, Sintang y Sanggau); en la isla de Java (en las diócesis de Yakarta, Malang y Surabaya); y en la región de Papúa (diócesis de Manokwari-Sorong). En total, hay 136 hermanas OSA en Indonesia: 96 religiosas de votos perpetuos, 25 de votos simples, 12 novicias y 3 postulantes, de las cuales aproximadamente 70 residen en la región de Kalimantan Occidental.
(PA) (Agencia Fides 29/2/2025)
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