Por Pascale Rizk
Roma (Agencia Fides) - «En un mundo que se desmorona por todas partes», donde muchos sucumben al mal «por conveniencia», aún hay hombres y mujeres de fe que dan testimonio de «bondad y amor por encima de todo». Historias como estas merecen ser contadas y celebradas.
Con estas palabras de humanidad y esperanza, Roseline Hamel, hermana del padre Jacques Hamel -el sacerdote asesinado en Normandía el 26 de julio de 2016 por dos jóvenes fanatizados por la propaganda yihadista -, se ha dirigido a los asistentes al encuentro celebrado la tarde del sábado 25 de enero en la iglesia de San Luigi dei Francesi, organizado por iniciativa de la Fédération des Médias Catholiques en el marco del “Jubileo de la Comunicación” celebrado el fin de semana en Roma.
Roseline, de 84 años y en silla de ruedas, ha dedicado su vida desde la muerte de su hermano, asesinado ante el altar de su iglesia en la comuna de Saint Etienne du Rouvray, no lejos de Rouen, a recordar su legado y a promover el diálogo interreligioso. Ella, con el rostro radiante y la voz serena y firme, ha salido de su casa de Armentières por tercera vez este mes de enero para seguir recordando a su hermano, asesinado por quienes en sus proclamas de odio se burlaban incluso del nombre de Dios.
Unas semanas después de la muerte de su hermano, Roseline tuvo que ser operada de urgencia: había caído enferma a causa de los terribles dolores. Entonces quiso ir a buscar a quien —así se le ocurrió— podría tener un dolor en el corazón similar al suyo: la madre de Adel Kermiche, uno de los dos asesinos. A partir de ese momento, comenzó entre las dos mujeres una historia de curación y amistad que ha salvado todas las distancias y diferencias. Una historia que Roseline sigue contando siempre que puede. «El padre Jacques», ha relatado la mujer, vestida con camisa y pañuelo blanco, en la iglesia romana de San Luigi dei Francesi, «había empezado a trabajar en el diálogo interreligioso con la comunidad musulmana seis años antes de su asesinato. Para entendernos debemos conocernos, y para conocernos debemos hablarnos, a pesar de las diferencias que pueden intimidarnos. No temeremos a los demás si los conocemos, a ellos y a sus diferencias. Compartiendo nuestras alegrías y nuestras penas, no para unirnos, sino ante todo para comprendernos. Todos somos seres humano».
«Así es como Roseline Hamel pudo reencontrar la humanidad dentro del sobrecogedor, enorme acontecimiento del asesinato de su hermano durante la misa», ha subrayado Samuel Lieven, director del semanario Le Pélerin, presente en el encuentro.
Roseline también había estado en Roma el año pasado para reunirse por tercera vez con el Papa Francisco. Le había regalado una homilía del Padre Jacques, con ocasión de la entrega del premio Padre Jacques Hamel dedicado al diálogo interreligioso, creado en 2017, concedido a «testimonios edificantes que nunca pasan por alto los increíbles sufrimientos, y dolores, y el deseo que pide la gracia para superarlos», como ha explicado Philippine de Saint-Pierre, directora general de KTO.
Philippe Lansac, Director General de la red RCF, también ha intervenido en el encuentro, dedicado al tema «¿Cómo pueden los medios de comunicación católicos ser agentes de paz?».
En su discurso, Roseline Hamel ha recordado la urgencia de «provocar» el diálogo «yendo hacia lo desconocido, hacia lo diferente», en el reconocimiento de que «todos somos hijos de Dios, y por tanto todos somos hermanos, hijos del mismo Padre».
La memoria del padre Jacques Hamel, ha dicho para concluir Roseline, es «la memoria de su vida entregada hasta el final en la fe en Cristo, y atestigua que en Francia y en todo el mundo, el perdón es una fuerza de paz y de esperanza».
La causa de beatificación del padre Jacques Hamel, anunciada el Jueves Santo, 13 de abril de 2017, comenzó oficialmente el 20 de mayo de 2017. La fase diocesana de la causa terminó el 9 de marzo de 2024 en la Capilla Notre Dame de l'Annonciation del Arzobispado de Rouen (véase Fides, 12/03/2019). En esa etapa se celebraron 66 audiencias, en las que se escuchó a los cinco testigos del asesinato, 51 testigos citados (hermanos, amigos, feligreses y sacerdotes del P. Hamel) y cinco testigos de oficio. Las cuestiones principales se referían al asesinato, las condiciones del presunto martirio, la vida del P. Hamel y su manera de practicar las virtudes cristianas, así como su reputación de santidad y las gracias recibidas por su intercesión.
(Agencia Fides 27/01/2025)