Por Chiara Dommarco
Novosibirsk (Agencia Fides) – El domingo 2 de febrero, el padre Stephan Lipke, jesuita alemán, fue consagrado Obispo en la Catedral de la Transfiguración de Novosibirsk. El 12 de septiembre de 2024, el Papa Francisco había nombrado al padre Lipke obispo auxiliar de la diócesis de la Transfiguración de Novosibirsk, asignándole la sede titular de Arena. Esta diócesis está regida por el obispo Joseph Werth, en el cargo desde 1991, cuando se reestructuraron las instituciones de la Iglesia católica en Rusia con la creación de la Administración Apostólica para la Rusia europea y la de la Rusia asiática.
La vocación misionera del padre Stephan se vinculó a la tierra rusa hace unos 17 años. Tras conocer el asesinato en Moscú de dos sacerdotes jesuitas -el padre Otto Messmer y el padre Víctor Betancourt- a manos de un paciente psiquiátrico en octubre de 2008, el padre Stephan solicitó a sus superiores ser enviado a misión en Rusia. Le respondieron afirmativamente, pero primero tendría que esperar tres años y aprender el idioma. En septiembre de 2011, el padre Stephan arribó a Siberia, donde inició su servicio pastoral, primero en Novosibirsk y luego en Tomsk, y obtuvo el título de doctor (kandidat nauk) en filología en la Universidad Estatal de Tomsk. En Tomsk, la Compañía de Jesús dirige un gimnasio fundado en 1993 por católicos locales, que continúa siendo una de las mejores escuelas de la región. Posteriormente, el padre Stephan fue trasladado a Moscú, donde desde 2018 se desempeña como rector del Instituto Santo Tomás y, desde 2020, como secretario de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia.
En la capital rusa, el padre Lipke se convirtió en una figura de referencia para muchos católicos y en un amigo sincero de ortodoxos y protestantes. En una entrevista concedida a la Agencia Fides con motivo de su consagración episcopal, el jesuita subraya la importancia del diálogo entre el catolicismo y la ortodoxia rusa, enfatizando que “siempre es fundamental dialogar cuando y donde nos une el deseo de vivir conforme al Evangelio”.
Además de su actividad cultural en el Instituto Santo Tomás y su labor docente en diversas universidades rusas, el padre Stephan ha estado a cargo de la pastoral para las comunidades católicas anglófonas de Moscú, compuestas en gran parte por trabajadores inmigrantes filipinos y estudiantes de varios países africanos. A partir del 20 de enero de 2025, el padre Stephan ha regresado a Novosibirsk, donde ahora inicia su nueva misión como obispo auxiliar.
El lema episcopal que ha elegido es “Obsecramus pro Christi” (2 Cor 5,20): “Actuamos, pues, como embajadores de Cristo”. “Es una llamada urgente a la reconciliación”, explica el jesuita, haciendo referencia al contenido de la Segunda Carta a los Corintios de donde procede la cita.
La diócesis de la Transfiguración abarca un territorio de 2 millones de km² y cuenta con unos 500.000 católicos, casi el 2% de la población residente. Junto con la diócesis de San Clemente de Sarátov y la diócesis de San José de Irkutsk, es sufragánea de la Archidiócesis de Madre de Dios de Moscú y forma parte de la provincia eclesiástica de la Iglesia católica en Rusia, conformada por las cuatro diócesis que se extienden por vastas regiones con comunidades católicas mayormente pequeñas o dispersas.
“Hay una gran necesidad de que los católicos se mantengan unidos pese a las distancias, y al mismo tiempo se ocupen de los demás, especialmente de los pobres, sin importar su procedencia”, afirma el nuevo obispo. Asimismo, el jesuita destaca el valor de las actividades educativas y caritativas en la diócesis de la Transfiguración para toda la sociedad civil rusa: “Pensemos, por ejemplo, en la incansable labor de Cáritas ayudando a los niños de Asia Central; en la asistencia de las Hermanas de la Madre Teresa a los alcohólicos; o en las escuelas establecidas en Novosibirsk y Tomsk. No sólo los católicos esperan algo bueno de estas instituciones”.
De sus años en Moscú, el padre Stephan se llevará a Novosibirsk “un amor especial por los emigrantes y los extranjeros, sobre todo por los numerosos estudiantes africanos que se encuentran en las ciudades universitarias”. Al preguntarle qué aspecto de su formación en el carisma de San Ignacio de Loyola le acompañaría como obispo en Siberia, el padre Stephan responde: “La enseñanza de no prestar tanta atención a las circunstancias, sino de hacer el bien que sea posible aquí y ahora”.
(Agencia Fides 3/2/2025)