ASIA/INDIA - Nueva violencia en Manipur: se necesita un “plan global de diálogo” para afrontarla

miércoles, 12 marzo 2025 violencia   diálogo  

Imphal (Agencia Fides) - Nuevos episodios de violencia han roto cuatro meses de relativa calma en el estado indio de Manipur, reavivando las tensiones en esta región del noreste de la India. Los enfrentamientos estallaron el 8 de marzo, dejando un manifestante kuki muerto y 16 heridos graves, entre ellos varios agentes de las fuerzas de seguridad, en el primer día de “libre circulación” en el estado.

Los manifestantes kuki bloquearon la reapertura de la autopista entre Senapati y la capital, Imphal, una vía crucial que conecta Manipur con el resto de India a través de Nagaland. Esta carretera es vital para el transporte de mercancías y personal hacia el valle de Imphal, donde se asienta la comunidad meitei, el otro grupo étnico en conflicto. Desde el inicio de la violencia interétnica, hace 22 meses, todas las carreteras que enlazan Manipur con otros estados indios han permanecido cerradas.

El gobierno federal, por orden del ministro del Interior, Amit Shah, había dispuesto la reapertura de la autopista para restablecer una apariencia de normalidad y facilitar el tráfico y el comercio. Sin embargo, la comunidad kuki reiteró que no permitirá la reapertura hasta que se atienda su demanda de un territorio autónomo. La resistencia de los manifestantes provocó la intervención de las fuerzas de seguridad, lo que derivó en enfrentamientos y víctimas.

El incidente confirma que las tensiones entre ambas comunidades no podrán resolverse a corto plazo, ni siquiera tras la dimisión del primer ministro N. Biren Singh y la instauración de una administración directamente dependiente del gobierno federal de Delhi (véase Fides 14/2/2025). “Es necesario un plan de acción bien concebido y global, que comience con la devolución de las armas y la reconstrucción del diálogo”, señala a la Agencia Fides el arzobispo de Imphal, Linus Neli.

Desde que estalló la violencia hace dos años, alrededor de 67.000 personas han sido desplazadas. Muchas de ellas sobreviven en campamentos de refugiados o en viviendas alquiladas, mientras que otras han encontrado refugio en casas construidas por la Archidiócesis de Imphal. La Iglesia católica local trabaja incansablemente para brindar apoyo material y espiritual a los afectados, que han perdido hogares, tierras y medios de subsistencia.

En respuesta a la crisis, la archidiócesis, con el apoyo de donantes, ha iniciado la construcción de 600 casas para familias desplazadas, 200 de las cuales ya están terminadas y habitadas. En ellas viven personas “todavía traumatizadas por la violencia y en estado de indigencia”, informa el Arzobispo, afirmando que, “de este modo, la Iglesia católica intenta mantener viva la esperanza, centro del año jubilar”.
(PA) (Agencia Fides 12/3/2025)


Compartir: