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Zamboanga city (Agencia Fides) - El aumento de la violencia en la Región Autónoma de Bangsamoro en el Mindanao Musulmán (Bangsamoro Autonomous Region in Muslim Mindanao, BARMM), en el sur de Filipinas, genera preocupación entre la sociedad, la opinión pública y los líderes religiosos de la isla de Mindanao. Según el instituto de investigación “Council for Climate and Conflict Action Asia” (CCAA), en 2024 se registraron 2.570 incidentes violentos en la región, la cifra más alta en siete años y un 24% más que el año anterior, lo que evidencia un clima de inestabilidad y descontento en vísperas de las elecciones.
Si bien el objetivo del largo proceso de negociación entre el gobierno de Manila y los grupos guerrilleros locales es lograr una paz estable y duradera, esta tendencia despierta alarma. Se ha confirmado el aplazamiento de las elecciones en Bangsamoro, que no se celebrarán en mayo de 2025, como en el resto del país, sino en octubre de ese mismo año. La postergación, aprobada por el presidente Ferdinand Marcos Jr., responde también a la reciente exclusión del archipiélago de Sulu de la Región Autónoma, dictaminada por el Tribunal Supremo, lo que implica la redistribución de escaños y candidatos en las provincias que conforman el BARMM: Lanao del Sur, Maguindanao, Basilan, Tawi-Tawi, así como las ciudades de Marawi, Lamitan, Cotabato y 63 municipios de Cotabato del Norte.
“La violencia en la región ha ido en constante aumento desde 2021 y no muestra signos de desaceleración”, advierte el CCAA, subrayando que “la situación persistirá mientras no se aborde el problema de las armas ilícitas y se fortalezca la gobernanza”. Además, señala que “con la proximidad de las elecciones, el riesgo de una escalada de violencia es alto”, ya que en la región persisten al menos 28 feudos entre clanes, principal fuente de conflicto en Bangsamoro.
El organismo insta a la Comisión Electoral (Comelec) a adoptar medidas para frenar la violencia en los puntos más conflictivos, como Cotabato City, Datu Odin Sinsuat, Mamasapano, Marawi City y Malabang, y a desarmar a los grupos aún activos.
En este contexto, los líderes religiosos de Mindanao, reunidos en la Conferencia de Líderes Religiosos de Mindanao (MiRLeC), han reafirmado su compromiso con la paz y el desarrollo sostenible. Entre las iniciativas que promueven el diálogo interreligioso destaca el movimiento Silsilah, que, con ocasión del Ramadán -comenzado el 1 de marzo-, ha firmado un mensaje en el que expresa su gratitud por este “tiempo especial de purificación del corazón y de caridad” y renueva su llamado a cristianos y musulmanes a vivir la “espiritualidad del diálogo”.
“Este año, el Ramadán en Filipinas coincide con la campaña electoral, marcada por preocupantes actos de violencia, así como con una realidad global de conflictos que nos urge a reflexionar, orar y actuar con mayor determinación”, señala el mensaje.
“En este tiempo de oración”, prosigue el texto, “estamos llamados a preguntarnos: ¿Por qué la guerra? ¿Por qué no la paz? Somos hermanos y hermanas, parte de la misma fraternidad humana…”.
Sabemos también que, en tiempos de violencia, hay silenciosos y poderosos actos de amor que trascienden las fronteras de las religiones y las culturas. Podemos afirmarlo en nuestra experiencia y lo hemos documentado con motivo del 40 aniversario de Silsilah en 2024”.
El movimiento celebra el 25 aniversario de la “Cadena de la Armonia”, una iniciativa de oración interreligiosa que comenzó en 2000, cuando el gobierno de Manila lanzó la “guerra total” en Mindanao. Aunque hoy surgen “elementos alarmantes”, concluye Silsilah, debemos “recordar que Dios es Amor y ama a todos”.
(PA) (Agencia Fides 6/3/2025)